
Francisco de Asís, se dice que los franciscanos obsequiaban
empanadas a quienes se lo pidieran con la famosa frase “padrino mis empanadas”,
otra historia y la más popular es que en el convento San Francisco, en el
pueblo llamado San Francisco de Almoloyan, elaboraban un sencillo pan para
comer, regalar a la gente pobre y la última historia es que se cree que cuando
bautizaban a un niño y el padrino no contaba con dinero para hacer el bolo, el
lanzaba empanadas. Es un buen motivo
para juntarte con tus amigos, familiares, vecinos a convivir un rato y a
disfrutar una rica empanada que puede ser de coco, leche, cajeta, etc.
Así que no olvides decir “padrino,
mis empanadas”.
Por Quetzalli García
Primer Semestre