''¿Sabias que?''...
Estimado lector aquí hay ciertos datos interesantes que quizás no sabias...
El Ángel de
la Independencia no es un Ángel. Muchos lo
saben pero nunca está de más recordarlo. El famoso mausoleo está coronado por
una estatua de Nike, la diosa griega de la victoria. Lo padre es
que este sitio ha sido utilizado por los mismos mexicanos para celebrar sus
victorias a pesar de que la mayoría conocen al monumento como »El Ángel».
¡Qué
alguien piense en los niños! En la batalla de
Cuautla hubo la participación de un niño artillero de 12 años llamado Narciso
Mendoza quien detuvo el ataque de los hombres de Calleja (Calleja fue un
espléndido general de las fuerzas realistas y, casi, extingue el movimiento de
Independencia). Narciso era parte de un grupo de niños que colaboró con
Morelos: «Los emulantes».
Muchos
creen que fue este dictador quien, a capricho, ( el 15 era su cumpleaños) había
cambiado el día de los festejos. La verdad es que la fecha se había cambiado
desde (más o menos) la década de los 40 del siglo XIX. Era un festejo de todo
el día (terminaba el 16) y tenían lugar en la Alameda Central. La noche del 15 se daba una
serenata en la Plaza Mayor y el 16 se disparaban salvas, había una ceremonia en
la Catedral y un paseo cívico. Los festejos fueron evolucionando, ya por
mediados del siglo XIX se empezó a hacer costumbre que a las 11 de la noche del
15 de septiembre tronaran salvas y artillería, las campanas repicaban y bandas
de música recorrían la ciudad. Fue Profirio Díaz quien llevó «El Grito» de
Guanajuato al Zócalo de la Ciudad de México, pues ordenó el traslado de la
campana de Dolores al Palacio Nacional en 1896.
Sobre los Chiles en Nogada.
De acuerdo con la tradición, fueron las madres
agustinas del Convento de Santa Mónica, en Puebla, las que, al enterarse
de que el general Iturbide estaba por festejar su santo, y justo por
esas fechas estaría de paso por esa ciudad, después de mucho pensar, decidieron
halagarlo con la degustación de ese original platillo que, en sus colores de
presentación, evocaba los matices de la bandera del Ejército Trigarante: el rojo (en la granada),
el verde (en las ramitas de perejil) y el blanco, en la salsa de nogada (hecha
con nueces de Castilla), que delicadamente se baña sobre los chiles poblanos
que son la base de este tradicional platillo.