Abril Espinoza
Primer Semestre
En nuestra escuela nunca se pierden las tradiciones por eso
el día de hoy Martes 4 de octubre de 2016 festejamos el día de las empanadas.
Muchos de ustedes se preguntaron por los pasillos que ¿De
qué trata esta festividad? Ya que son de nuevo ingreso y vienen de distintos
estados como de Sinaloa o de Chihuahua y para nosotros es un honor narrarles la
historia de el Padrino mis empanadas!
En esa fecha, parte importante de la tradición es la frase
que se escucha en todas partes: “¡Padrino, mis empanadas!”. Una de las
versiones es, según la tradición oral, que esta costumbre se originó como
sustitución ocasional del bolo que se da en los bautizos.
La iglesia de San Francisco proporcionó la siguiente
información: Los padres de los niños esperaban el 4 de octubre para
bautizarlos. En una ocasión, un padrino, que era panadero y no tenía dinero
para el tradicional bolo, elaboró algunas empanadas y las regaló a los
asistentes. Como éstas no fueron suficientes, las personas que no alcanzaron le
pedían “¡Padrino, mis empanadas!”, frase que hasta nuestros días es utilizada
para disfrutar de una rica empanada.
El ingeniero Tortajada proporciona una versión diferente
porque comentó que esa frase nació de forma casual, cuando probablemente algún
chiquillo encuentra a su padrino y le dice que le compre una empanada.
El contacto cultural de los indígenas nativos con los
franciscanos derivó en influencias culturales muy fuertes e importantes para
los habitantes de San Francisco de Almoloyan. La práctica del consumo de
empanadas en los Colimenses y Villalvarenses tiene especial relevancia por la
carga histórico-cultural que para ellos representa compartir elementos y patrones que los hacen sentir parte de un
grupo social.
La identidad cultural identifica a un pueblo con sus
costumbres y tradiciones. Las empanadas forman parte de la fiesta de San
Francisco, le dan prestancia y unen a los colimenses.
Esta es una de las tantas versiones y las que más se cuenta.
En la escuela vimos como el maestro marco vestido de
fraile toco la campana para que todos
saliéramos de nuestros salones y nos formáramos por nuestras empanadas siempre
y cuando dijéramos la frase “PADRINO MIS EMPANADAS”